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2023-12-09 19:27:21 +01:00

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fecha
2023-05-21

Siete meses sin escribir. Hay mucho que cubrir.

Estos últimos meses he ido cayéndome por la madriguera de la comunidad local de bitcoin. Estuve asistiendo regularmente a los eventos que organizaban y participando muy activamente tanto en ellos como en el chat del grupo. Un buen día, sin haberlo pedido ni propuesto, me vinieron un par de chicos del grupo de organizadores y me dijeron que les gustaría invitarme a ser parte del grupo. Me metí de cabeza.

Unos meses, varios meetups y otras aventuras después, estoy rodeado de Bitcoin por todas partes. Ahora tengo un puesto en un coworking en el Eixample donde otros de los Bitcoiners van a trabajar. También es donde se produce la quedada mensual. De forma que muchos de mis días acaban teniendo comidas y cafés donde nos dejamos llevar por temas de Bitcoin y anarcocapitalismo con mucha facilidad.

Esto me lleva a una de las cosas que más he estado disfrutando de estos meses, que es hacer migas con muchos Bitcoiners. Varios de los organizadores son perfiles excelentes. Gente inteligente, independiente, virtuosa. Verdaderas joyas. Está siendo un placer compartir este proyecto con ellos, y confío en que serán relaciones que, en el futuro, pueden dar grandes frutos. No puedo decir lo mismo de todos los organizadores. Pero eso era de esperar: no se puede juntar a mucha gente sin que se cuelen algunas malas hierbas.

Un pequeño spin-off de la comunidad ha sido que he creado una tienda de ropa y accesorios varios para Bitcoiners. Se llama camisatoshi. De momento la tienda online no tiene tracción porque todavía no he invertido tiempo y esfuerzo en construir la marca y darle bombo. Pero lo que sí he estado haciendo en las últimas quedadas es montar una paradita con ropa y otros productos para vender a los asistentes de los meetups. La facturación son pipas, pero la experiencia está siendo muy enriquecedora y me está ayudando a aprender cosas de muchos palos diferentes. También me llena de una satisfacción indescriptible estar, por primera vez, ganándome un dinerillo totalmente por mi cuenta. De cero. Pura emprendeduría. Poner pasta, trabajar, jugársela, convencer a alguien para que compre tu producto y chás, cobrar y darte cuenta de que la cosa está funcionando. Es verdaderamente mágico y hace que mis grandes nóminas de mis otros trabajos me sepan a aguachirri. También me da ilusión saber que el trabajo que le echo a camisatoshi se queda en casa. Que estoy construyendo algo que puede crecer y dar frutos. A diferencia de todos mis trabajos como asalariado, donde un día saldré, o me invitarán a salir por la puerta, y tendré que hacer borrón y cuenta nueva y ponerme a arrancar algo nuevo en otra parte.

Estos días intentaré buscar más ratos para seguir escribiendo aquí. Lo echo en falta.