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hojas/20250517.md

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+fecha: 2025-05-17
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+Dentro de tres días Sofía cumplirá un mes.
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+Se ha convertido en una niña preciosa. Ahora está rellenita y ya no parece un cachorro de ardilla, canijo y huesudo, como cuando nació. Empieza a interactuar con su entorno y lo hace de buena gana y disfrutando: a ratos se anima y se pone como una moto, pateando y agarrando lo que pilla mientras hace gritillos de guerra hasta quedarse afónica. Le gusta especialmente estar en su cambiado, fenómeno al cual no le hemos encontrado explicación todavía. Por las mañanas, cuando está recien despertada, se despereza y estira de una forma muy graciosa, y hace una gran sonrisa cuando nos ve a Eli o a mí. Su sonrisa sin dientes es graciosa, y cuando achina los ojillos se le escapa a la vez una risa gutural muy juguetona.
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+Todavía no gatea, pero ya esta haciendo gestos de querer sentarse. Si me la pongo sentada encima de mi cadera, con toda ella apoyada sobre los muslos de mis pierdas recogidas, y le ofrezco mis dedos para agarrarse, tira de espalda y se hace un gesto de remo hasta quedar sentada, sostenida solo por su propio equilibrio y el poco apoyo que puede hacer en mis manos. Aunque todavía no puede aguantar mucho tiempo: a los pocos segundos le empiezan a flaquear las fuerzas, y hace un bailoteo muy torpe y gracioso a medida que sus músculos se acercan al fallo. Entonces se va a pegar un trompazo hacia delante o de vuelta a mis piernas, pero yo la sujeto antes que de esmorre. 
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+Me siento afortunado de que Sofía haya nacido bien y no tenga ningún problema. Tantas cosas pueden salir mal, que al verla casi siento que es un milagro. Disfruto y saboreo estos días en que todo está bien, porque sé que no será siempre así. En algún momento, inevitablemente, vendrán curvas muy amargas. Espero que sepamos torearlas cuando llegue el día.