diff --git a/hojas/20251110.md b/hojas/20251110.md new file mode 100644 index 0000000..e2233fd --- /dev/null +++ b/hojas/20251110.md @@ -0,0 +1,41 @@ +--- +fecha: 2025-11-10 +--- + +Este fin de semana Eli y yo nos hemos ido de escapada a Rupit. Miguel y Pilar se ofrecieron a hacer de canguro de Sofía un par de días. Se instalaron el sabado por la mañana y se han pasado todo el finde con ella hasta que volvimos el domingo por la tarde. Todo fué de perlas, y a Eli y a mí solo nos preocupa que se hayan mal acostumbrado a lo bien que se porta Sofía y eso pueda suponer una decepción si Carla no sale igual de santa. Qué le vamos a hacer. + +Eli y yo salimos el sábado por la mañana después de haber instalado a Miguel y Pilar. Hicimos una paradita rápida en el Dole para desayunar un bocadillo, dejando la Caddy en doble fila como los pijoteras del barrio con sus Porsches. Finiquitados los entrepanes, emprendimos la marcha C-17 arriba. + +Hicimos una parada en Vic para acercanos a la Fira de la Muntanya, que se celebraba en el recinto del Sucre. Al llegar, podías ver a personas subiendo la chimenea del sucre usando unas presas que habían colocado para el evento. La fería no tenía nada excepcional, pero había una sección de equipamiento de montaña y deporte que Eli se peinó de cabo a rabo. Se compró una chaqueta y unas gafas de sol, ambas de niño. Siempre le hace ilusión comprar cosas de talla infantil y luego recordarle a todo el mundo: "es que es genial, ¡son más baratas!". + +Peinada la fira, seguimos trepando hacia el norte de Osona. Decidimos comer antes de ir hacia Rupit, y fuimos a un restaurante en un Mas que quedaba al norte de Rupit. Eli llamo para reservar mientras arrancabamos el coche en Vic y le dió un ataque de risa porque aparentemente el hombre al otro lado del teléfono era una especie de Woody Allen catalán torpe y divertido. Nos prometieron que nos guardaban una mesa. + +Llegamos allí y nos encontramos un mas idílico alejado de todo. Había animalillos por todas partes y olía a chimenea. Al mas se llegaba por una carretera retorcida que quedaba entre colinas, pero que justo al llegar a donde estaba el mas se abría hacia el norte, dejando una vista impresionante hacia el Ripollés y la Garrotxa, con los Pirineos blancos de fondo. + +Comimos de perlas. Trinxat, canalones, brasa. En la mesa de al lado había un pitufo un poco mayor que Sofía, sentado panchamente en su trona mientras se bajaba un plato de macarrones por el gaznate muy graciosamente. Comía con mucha delicadeza, pero a manija. Cuando Sofía coma así, a su madre le dará un parraque viéndola dejarlo todo perdido de tomate. + +Nos marchamos con la panza llena y fuimos a hacer check in en nuestro hostal de Rupit. El Hostal Estrella es una maravilla escondida dentro del casco viejo de Rupit. Todo piedra y madera, con una recepcionista molt catalana y poruga que lo mismo podría haber estado en esa recepción que de monja en Montserrat. Ambientación perfecta. + +Dejamos los bártulos, yo me eché una microsiesta y luego cogimos el coche de nuevo para salir hacia Tavertet, un pueblo pequeñito como Rupit del que nos habían hablado bien. A medio camino teníamos que elegir entre el camino largo pero rápido por la carretera convencional, o atajar por un camino rural que tenía aspecto de camino de patatas. Metí la nariz en el camino rural mientras Eli decía "no no, no te metas por aquí que no salimos". Tiré igualmente para adentro y el camino resulto ser bastante manejable. + +A medio camino, cuando llevabamos unos diez minutos dando tumbos, el camino se arrimó a un risco que daba hacia los pantanos de Sau y Susqueda. La plana estaba cubierta de niebla y también habían nubes. Con el sol cayéndose por el horizonte, quedo un panorama misterioso. Como si a uno de esos cielos de los frescos del Vaticano le estuviesen cortando la luz por momentos. Las vistas eran impresionantes. Llegamos a Tavertet ya casi sin luz, y nos dimos un paseo tranquilo por sus calles de piedra. + +Como estabamos un poco en medio de la nada y ya tocaba plantearse la cena, le propuse a Eli que nos bajasemos a Vic a dar un paseo y cenar. Fuimos para allá, aparcamos donde siempre y dimos una vuelta por el centro. Nunca había estado en Vic tras el atardecer. Las calles medievales me parecieron muy bonitas. Había mucha vidilla, y la plaza mayor era un hervidero de gente que iba y venía. Así, de noche, me recordó a la plaza mayor de Salamanca. Compramos coca en una panadería y nos sentamos un rato a ver como la gente iba y venía. + +Intentamos conseguir una mesa en un italiano por el que Eli juraba y perjuraba, pero la muchacha de recepción dijo que nanai. Me lleve a Eli a un japonés muy simpático, con una camarera japonesa que hablaba un gracioso catalán con acento nipón. Nos prepararón una cena muy rica que pegaba con el fresco de interior que había fuera (debíamos estar a cinco grados): sopa, gyozas y un curry. A Eli le gustó mucho y se le olvidó rápidamente del disgusto del italiano. + +Volvimos para Rupit y nos refugiamos en nuestra habitación, que sin la luz del sol entrando por la minúscula ventanilla y con la iluminación tenue de las tres lámparas que tenía, transmitía una sensación de refugio de montaña muy acogedora. + +A la mañana siguiente nos metimos un buen desayuno entre pecho y espalda y salimos a caminar. Nuestro plan era dar un rodeo por el norte de Rupit, llegar al Salt de Sallent por el lado opuesto a donde viene todo el mundo y luego volver a Rupit. Salimos por el camino de Santa Llucia y paseamos entre burritos y mástines con cara de mala hostia que nos iban siguiendo paralelos al vallado. + +Por el camino, Eli y yo hablamos sobre cómo organizar la familia en estos años que vienen. Yo le volvía a sacar a Eli la idea de que si no quería trabajar durante una temporada para centrarse en Sofía y en los churumbeles que viniesen, a mi me parecía fantástico y la mejor cosa que podía hacer en esta fase de su vida y de la trayectoría de la familia. Charlamos de los pros y contras. A Eli le seduce la idea, a pesar de que le preocupe un poco separarase durante un tiempo de su vida profesional. + +Nuestra incursión hacia el norte acabó en fallida porque nos equivocamos en un par de cruces y acabamos donde no debíamos. Dimós un rodeo para poder volver a Rupit por otro camino y fuimos al Salt de Sallent por la ruta habitual, esquivando domingueros a izquierda y derecha. Eli parecía un gato que huye del jaleo. + +Llegamos al Salt y nos sentamos un rato en uno de los miradores que quedan en el borde del risco de enfrente para poder ver bien la caida del agua. Es peculiar como he sabido de la existencia de las cataratas del Niagara toda mi vida pero no tenía ni papa de la del Salt de Sallent hasta hace un mes. + +Mientras estabamos allí, le dije a Eli que estaba muy contento con cómo nos estaban yendo las cosas como familia. También que había notado una gran mejora en ella, en sus actitudes y su carácter. La vida con ella volvía a ser dulce y feliz. Volvía a sumar en lugar de a restar. + +Y le dije que, con este panorama, quería casarme con ella e ir a por todas en montar nuestra familia. Ella se puso muy contenta, nos besamos y nos fundimos en una abrazo sencillo y cariñoso, con el sonido del agua cayendo por el salto de fondo. + +Le dije a Eli que no le había comprado ningún anillo porque sabía que no le gustaría, pero que tenía algo en camino para ella. Que tardaría, pero que acabaría llegando. Si todo va bien, antes de Navidades llegará el colgante Masriera que he encargado. Y con eso, daremos por concluida la pedida.