This commit is contained in:
counterweight 2025-08-27 23:08:49 +02:00
parent 64323dd67f
commit 1d2940604f
Signed by: counterweight
GPG key ID: 883EDBAA726BD96C

17
hojas/20250827.md Normal file
View file

@ -0,0 +1,17 @@
---
fecha: 2025-08-27
---
Hoy Sofía dormirá la noche en su propia habitación por primera vez. Después de muchos meses compartiendo habitación con nosotros en su cunita, da el salto a la habitación de al lado.
Parece el cambio más trivial del mundo (se ha movido tres metros), pero a Eli y a mí nos ha cogido por los huevos. Ha sido una demostración pequeña pero repentina de cómo las cosas pasan. Un día cualquiera, tu hija duerme contigo en tu habitación. Y de repente es el último, y sabes que ya no volverá a pasar jamás. Que lo recordarás para siempre con la mayor de las nostalgias, y que en algún momento darías tu Reino entero por poder volver a entonces.
Hay una parte de ser padre que está siendo muy dura para mí, y que no había previsto para nada: hay emociones, en ambos sentidos, muy intensas. Creo que no había sentido tan fuerte desde que era adolescente.
Cuando llego a casa, veo a Sofía y ella me sonríe, siento una satisfacción desbordante. Inmediatamente necesito cogerla en mis brazos y achucharla. Cuando abrazo su torso rellenito toco el cielo, y me la como a besos como si me fuese la vida en ello. Siento su olor y su calor, y no quiero nada más.
Y tengo miedo. Sé que a Sofía le pueden pasar cosas horribles. En el mundo hay mucha misería, y tarde o temprano te salpica. A veces siento miedo de que a Sofía le pase algo. Que una abuela de un traspies con ella en brazos y den con el canto equivocado. Que un coche se salte algo cuando la llevo en el coche y nos estampemos. Que esa mierda bizarra a la que llaman muerte súbita del bebe la cace una noche y se la lleve. No sabría cómo recomponerme de algo así. No tengo claro que pudiese volver a encontrarle sentido a la vida. Recuerdo que, cuando jugaba a videojuegos de crío, si en un partida perdía y por ello debía volver atrás y rehacer gran parte de un tramo complicado, a veces tiraba la toalla, aparcaba la consola y pensaba: "va a seguir jugando tu madre". Creo que si le pasase algo a Sofía, reaccionaría así pero con mi propia vida.
A veces veo a algún parroquiano del barrio, de los de la sección de despojos orgánicos: el típico borracho y fumador, que se pasa el día solo, en silencio, peregrinando de una barra en barra. Malgastando sus días, uno tras otro, tirando así por la borda su vida entera poquito a poco. Pudriéndose. Y me da miedo pensar que quizás eran grandes personas. Con virtudes, con esperanzas, con animos. Con una Sofía a la que querer. Y que quizás la perdieron por algún motivo, y por eso están atrapados en esas cárceles de adicción e inmobilismo.
En este tiovivo de emociones me veo desde que Sofía llego a mi vida. Cabalgando suavemente de los instantes más puros y felices de mi vida a los peores miedos que jamás he sentido.